Descubra todo lo que debe saber del maquillaje y conviértalo en el mejor aliado para resaltar su belleza natural.
Base. Lo primero que debe hacer es preparar la piel, colocando un poco de hidratante suave o primer para unificarla y hacer que el maquillaje dure más. Tome la base y coloque alrededor de la cantidad que entra en la yema de su dedo en la frente. Repita para las mejillas, nariz y mentón. Espárzala desde el centro del rostro hacia fuera, usando una brocha o una esponja levemente humedecida. También puede usar los dedos. No olvide difuminarla en las orejas y el cuello para que toda el área quede del mismo tono.
Corrector. Es un producto esencial para disimular ojeras, granitos, manchas e imperfecciones. Seleccione un corrector del mismo tono de su piel en lápiz o en pincel y colóquelo en las áreas que quiere disimular. Si es en lápiz, raye la zona delicadamente y bordee las zonas acnéicas. Si es en pincel, colóquelo y de pequeñas palmadas para que se difumine, particularmente en el área de las ojeras. Recuerde cubrir bien el lagrimal para que sus ojos destaquen. Es recomendable realizar este paso después de aplicar la base.
Polvo. El paso final, necesario para fijar el maquillaje, eliminar el brillo no deseado y hacer que dure más. Puede aplicarlo suelto o compacto; su función es la misma. Seleccione uno que se asemeje más a su tipo de piel o, de preferencia, un polvo compacto, que no aporta color. Es recomendable aplicar más cantidad en la zona T, que es la que más brilla. Si usa polvo compacto, tome un poco de la sustancia con la esponja y espárzala en el rostro dando pequeños toques. Lo puede re aplicar varias veces durante el día.
Rímel. Es muy importante que, para seleccionarlo, tenga en cuenta su tono de tez, cabello y ojos. A los ojos claros les funciona bien el rímel negro, mientras que a los ojos oscuros les va mejor el rímel marrón. Se aconseja que los tonos de colores, como azul o verde, los use por la noche, pues se ven más impactantes. Sin embargo, el cepillo del rímel no se debe descuidar, ya que sus cerdas determinan la expresión que tomarán sus ojos. Las cerdas largas brindan definición, mientas que las cortas dan espesor.
Sombras. Experimentar con diversos tonos y estilos, según su tono de ojos y la ocasión puede ser un divertido ritual de maquillaje y su expresión de estilo personalizada. Una regla básica que debe saber es que las sombras claras van en el lagrimal, mientras que las oscuras hay que colocarlas en el párpado y llevarlas hacia fuera. Puede difuminarlas entre ambas y colocar un poco del tono oscuro en el párpado inferior para un efecto impactante. Si tiene ojos pequeños y los quiere agrandar, priorice las sombras claras, y si son muy grandes, las oscuras lucen mejor.
Labial. Antes de que lo coloque es esencial que hidrate sus labios y los cuide constantemente. Si va a llevar delineador, es necesario que sea del tono más parecido al del pintalabios, en particular si su boca es delgada. Tenga en cuenta el tono de sombras para escoger el color del labial. Si las usa oscuras, lo mejor es seleccionar un labial en un color sutil y más claro para crear un balance. Por su parte, si lleva labial rojo, buscar sombras neutras y evitar que su rostro se vea recargado es preferible. Antes de comprarlo, pruébelo en las venas de su muñeca. Es un área en la que podrá determinar cómo lucirá cuando lo use en sus labios.
Rubor. Ayuda a resaltar facciones y le hace lucir radiante y natural. Si cuenta con tez pálida, se aconseja escoger rubor en tonos rosa suave o durazno, pero si su piel es más morena, seleccione un blush cobre o bronce. Colóquelo de preferencia bajo luz natural, pues la luz blanca no devela cómo luce en verdad en su piel. Realice tan solo uno o dos toques en las mejillas, y difumínelo correctamente para que el efecto luzca natural. Lo ideal es que lo coloque después de ponerse base, pero antes de sellar el maquillaje con polvo.