Es parte esencial del bienestar integral y no se puede hablar de salud sin considerar la paz psicológica y emocional.
El bienestar emocional impacta en la vida privada, en las relaciones familiares, sociales, laborales y guarda estrecha relación con la salud física. Por ello, es vital impulsar un cambio de paradigma en la salud mental, con un enfoque integrador que permita normalizar la necesidad de contar con ayuda profesional, sin estigmatizar a las personas que acuden por atención. Por lo tanto, si se facilita el acceso oportuno a estos servicios, se alcanza una mejor calidad de vida.
Impacto en la cultura de prevención
El cambio en el paradigma de la salud mental implica una transformación profunda en la manera en que se comprende, aborda y trata. Tradicionalmente, se ha centrado en el diagnóstico y el tratamiento de trastornos individuales mediante medicación y terapia. Sin embargo, el nuevo paradigma se orienta hacia una visión más holística e integrada, que incluye varios aspectos:
• Salud y bienestar integral. La salud mental no se puede separar de la salud física. Factores como el ejercicio, la nutrición, el sueño y el balance emocional están interconectados. Una visión integral involucra no solo tratar las enfermedades mentales, sino promover el bienestar y prevenir trastornos desde edades tempranas. Por ende, hay que trabajar en la resiliencia emocional, en el desarrollo de habilidades para afrontar ciertas situaciones y en la educación en salud mental desde las escuelas, para gestionar el manejo del estrés, la toma de decisiones y la comunicación asertiva. Así se evita la presencia de trastornos como la ansiedad y la depresión, entre otros.
• Reducir el estigma. Al cambiar los paradigmas y normalizar la discusión sobre la salud mental, se reduce el estigma social que muchas personas enfrentan al buscar ayuda profesional. Esto incluye políticas y campañas públicas para lograr que se integre la salud mental en la atención primaria. Desde lo individual, necesitamos desarrollar más empatía con las personas que experimentan algún trastorno mental, abandonar etiquetas y revisar las creencias y/o prejuicios que impiden reconocer la necesidad de ayuda profesional que todos podemos experimentar.
• Prevención del agotamiento. Las exigencias de la vida, en especial las de índole laboral, pueden ser demandantes y conducir a un estrés crónico, que, si no es atendido a tiempo, puede llevar al agotamiento. La responsabilidad laboral requiere medidas para identificar y reducir los riegos provocados por el estrés. Se debe enfocar en mitigar las causas del estrés laboral antes de que afecten la salud o el desempeño.
• Tecnología en la salud mental. Hoy en día contamos con aplicaciones de bienestar mental, la telemedicina y el uso de la inteligencia artificial para el apoyo terapéutico y la prevención de los trastornos mentales. El incremento en el uso de estas tecnologías radica en vencer prejuicios y fomentar una cultura que prioriza la salud mental.
• Enfoque comunitario. El nuevo paradigma en salud mental incluye a la comunidad y los sistemas de apoyo social como actores clave que promueven espacios de asistencia grupal, brinda recursos accesibles que involucren a familiares, amigos y redes de apoyo. Tener acceso a grupos que comparten una problemática similar brinda alivio emocional, al sentirse comprendidos y acompañados para enfrentar las dificultades.
• Atención personalizada. La salud mental empieza a verse como algo normal y único para cada persona en las diferentes etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia, hasta la adultez y la vejez. Las terapias individualizadas que tienen en cuenta el contexto biológico, psicológico y social ganan terreno por su enfoque holístico que involucra a diferentes especialidades de la medicina y la psicología para dar un tratamiento integral.
¿Cuáles son los beneficios de la terapia en mi vida?
La atención psicológica a través de la terapia es una las técnicas fundamentales para la salud mental porque interviene en los aspectos cognitivos, conductuales y afectivos, que determinan el bienestar psicológico y emocional con diferentes metodología o corrientes. Su importancia radica en varios factores:
1.Mejora del bienestar emocional. La terapia proporciona herramientas para reconocer, regular y gestionar las emociones, mejorar el autoconocimiento que fortalece nuestra capacidad para desenvolvernos en nuestro entorno y disfrutar de la vida.
2. Desarrollo de habilidades interpersonales. En todas las áreas de la vida, las relaciones interpersonales son clave, la psicoterapia fomenta la comunicación efectiva, la resolución de conflictos, el manejo de las relaciones laborales, y estas habilidades determinan en gran medida la capacidad de adaptarnos e integrarnos a la comunidad, formar parte de grupos de trabajo, amigos y la posibilidad de formar familia. En ese sentido, son los vínculos afectivos los que nos permiten alcanzar una vida plena.
3. Favorece el desempeño laboral. Al abordar los problemas emocionales o psicológicos que afectan la productividad, como la falta de concentración o motivación, la terapia puede contribuir a la reducción el estrés crónico, mejorar el rendimiento general y el bienestar ocupacional, esto permitirá a una persona tomar decisiones, solucionar problemas, resolver conflictos, comunicarse asertivamente y trabajar en equipo, lo que da como resultado mantener la productividad y satisfacción en el trabajo.
La terapia psicológica es un pilar fundamental para la salud integral, ya que armoniza los aspectos emocionales y mentales; contribuye a mejorar tanto la calidad de vida personal como las relaciones sociales y laborales. Este cambio de enfoque promueve una visión más empática e inclusiva de salud mental, fomenta una sociedad más equitativa en el acceso a estos servicios. Es responsabilidad de todos impulsar una cultura de prevención que contribuya a la evolución de nuestras prácticas, normas y acciones, lo que beneficia a la sociedad en general.