Esta patología no afecta únicamente a quien la padece,sino que también perturba profundamente a su familia.
Muchas familias paulatinamente ven cambios en su ser querido que desconciertan y hacen que requiera más apoyo y supervisión. La enfermedad del Alzheimer se manifiesta al inicio por la pérdida de la memoria inmediata. A menudo, las personas que padecen la patología no encuentran las palabras adecuadas y en ocasiones, las acciones que realizaban con facilidad, como cocinar o llevar cuentas ya no resultan tan exitosas y con mayor frecuencia, pueden perder interés por salir o por realizar actividades de la vida diaria.
¿QUÉ PUEDE HACER LA FAMILIA PARA CONVIVIR CON LA ENFERMEDAD DEL ALZHEIMER?
Es importante llevar a su familiar al médico adecuado para recibir un diagnóstico temprano. Es primordial que las familias conversen abiertamente con el médico para comprender la enfermedad y su proceso. Informarse y adquirir conocimiento ayudará a descubrir las mejores prácticas de acompañamiento en las diferentes etapas y a ser creativo al enfrentar las diversas circunstancias que se presenten.
La persona que tiene Alzheimer tiene su propia historia de vida, pertenece a un sistema familiar, tiene una personalidad, intereses y hábitos que la hace única. Asimismo, esta enfermedad se manifiesta de manera individual.
La familia tiene la oportunidad de vivir con su familiar en un ambiente de respeto, apoyándose en la unión familiar, desarrollando una escucha activa, potenciando la comunicación. La base más importante para vivir esta enfermedad que desafía a la familia es indudablemente el amor que, con su incondicionalidad, buscará constantemente mejorar la calidad de vida de la persona. Que importante es escuchar los deseos de la persona en etapas iniciales para tomar decisiones cuando ella ya no pueda hacerlo. Establecer un diálogo permanente y apoyarse mutuamente, distribuyendo tareas para que el cuidado no sea exclusivo de un sólo familiar ayudará mucho para atender la calidad de vida de la persona con Alzheimer, así como de su familia.
Una opción muy importante es asistir a grupos de apoyo donde se puede dialogar de la enfermedad y las vivencias de la familia de una forma abierta, en un ambiente de solidaridad y comprensión, fortaleciendo a la persona y buscando nuevas formas de acompañamiento. Uno de los mayores obstáculos que la familia enfrenta es concentrar toda su atención en lo que la persona no puede hacer, en cuántas veces repite o pregunta lo mismo, añorando que el tiempo regrese y nuestro familiar sea el mismo antes de presentarse ésta enfermedad.
¿Quisiera usted que sus últimos años de vida le recuerden por lo que no puede hacer o por todo lo logrado a lo largo de una vida? Que gran responsabilidad tiene la familia de darle un valor significativo al acompañar a alguien que es muy vulnerable, buscando proporcionarle mayores momentos de tranquilidad y felicidad. Esto es darle dignidad. Es una oportunidad de hacer un testimonio de amor en el cuidado.
La Organización Mundial de la salud (OMS) declaró al 21 de septiembre como el Día Mundial del Alzheimer.