Este órgano, fundamental en el sistema respiratorio, necesita de alimentos específicos para funcionar óptimamente. Descubra cuáles son.

En la actualidad, es cada vez más común encontrar a personas con patologías pulmonarias. Muchas veces, este órgano es el más olvidado, ya que únicamente muestra síntomas cuando está mal y, en realidad, sus afecciones son silenciosas y están en un estado bastante avanzado.

Por ello, a continuación, enumero algunas pautas para mantener, mejorar y restablecer su salud. Con buenos hábitos alimenticios y otras acciones complementarias, es posible conservar los pulmones funcionando sin problema durante toda la vida.

• Realice actividad física frecuentemente. Al menos tres días a la semana por 30 minutos.

• Es trascendental evitar el tabaquismo. Esta mala costumbre es lo que más afectará la salud y capacidad de los pulmones a corto y largo plazo.

• La alimentación nutritiva debe ser algo constante en todas las etapas de la vida. De nada sirve alimentarse bien un día y otro no.

• Limite el consumo de alimentos inflamatorios, como la comida chatarra, azúcares en exceso o adicionar demasiado sodio a las comidas.

• Consuma los alimentos antioxidantes en grandes proporciones. Son los encargados de eliminar la acumulación de radicales libres, que afectan a la salud pulmonar significativamente. En este grupo se pueden mencionar especialmente a las frutas y las verduras.

• Hacer de la hidratación una prioridad es de suma importancia, ya que el mayor porcentaje de nuestro cuerpo está constituido de agua. Si bebemos alrededor de dos litros de agua cada día, mejoramos el desarrollo de las funciones internas del cuerpo, como la función pulmonar.

• Priorice el consumo de vitamina C. Este micronutriente, aparte de ser un antioxidante poderoso, podría inhibir la producción de proteínas negativas para los pulmones, al igual que los alimentos ricos en vitamina E, que también favorecen el trabajo pulmonar notablemente.

• Puede encontrar a la vitamina C principalmente en frutas ácidas como el limón, la toronja, las naranjas, las frutillas y la naranjilla, entre otras. 

• La vitamina E se encuentra especialmente en los alimentos con grasas saludables, como frutos secos, aceite virgen de oliva, aguacate, etc.