Este nuevo tipo de alimentación natural puede proporcionar grandes beneficios a su mascota. Esto es lo que debe saber.
BARF proviene de las siglas en inglés para Biologically Appropriate Raw Food, o alimentos crudos biológicamente apropiados. Se refiere a un tipo de alimentación propuesta por el Dr. Ian Billinghurst, nutricionista veterinario y autor del libro ‘Give Your Dog a Bone’, donde discute cuál es el tipo de alimentación apropiada para los perros y así mantener su salud íntegra.
Este tipo de dieta canina busca acercarse lo más posible a la forma de alimentación de sus ancestros, es decir una dieta a base de alimentos frescos y crudos como carne, huesos, frutas, verduras, hortalizas, huevos, hierbas y semillas.
La carne y los huesos son los alimentos más importantes en su dieta, pues los perros son predominantemente carnívoros, como se puede evidenciar al observar la morfología de su dentadura, que se asemeja a la de los lobos, su antecesor común.
La dieta BARF está compuesta por un 70% de carnes, 10% de huesos carnosos crudos (fuente de calcio, fósforo y magnesio, y que ayudan a limpiar los dientes), 5% de hígado (fuente micronutrientes como la vitamina A y el hierro), 5% de vísceras, 7% de verduras, 2% de semillas y frutos secos, y el 1% restante de fruta.
Quienes han cambiado la alimentación de sus mascotas de lo convencional a la dieta BARF reportan cambios positivos en sus perros, como pelo fuerte y brillante, dientes limpios, mejor apetito y mejoría en las alergias o sensibilidades alimentarias. Estos beneficios son la razón principal por la cual la dieta cruda para perros se ha convertido en una tendencia popular a nivel global.
Los profesionales de la salud veterinaria recomiendan que, antes de realizar una transición de dieta, es importante evaluar la salud de la mascota y diseñar un plan de alimentación balanceado, adecuado a los requerimientos nutricionales del perro.
Así como ocurre en humanos, cada perro es un mundo distinto y no todos tienen la misma reacción a la dieta BARF. Existen riesgos asociados, como desequilibrio nutricional debido a una mala planificación, contaminación bacteriana que puede representar un riesgo tanto para la salud de su perro como para la salud de su familia, riesgo de obstrucción intestinal, debido a la ingesta de trozos de comida grandes y lesiones dentales asociadas a huesos crudos mal fragmentados.
En muchos casos, quienes han hecho esta transición han encontrado en la dieta BARF la solución a los problemas de salud de su perro. Estos cambios deben ir de la mano de un profesional que tiene todo el conocimiento necesario para realizar los ajustes adecuados, así que no dude en consultar con su veterinario si desea cambiar la dieta de su perro. Puede ser la clave para su longevidad y que permanezca muchos años feliz y sano, junto a usted.
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