A la situación excepcional de tensión por la pandemia se suman la dificultad de salir y el mundo al que nos enfrentaremos al superarla.

La situación que estamos atravesando implica un reto para la ciencia, para todas las personas y sus estilos de vida. El verse obligados a permanecer en sus hogares, solos o con sus familias, durante tiempo indefinido genera estrés. Esta realidad y el panorama que se aprecia en las noticias produce malestar, desgaste emocional y psicológico. Le proponemos una serie de ideas y factores de protección útiles para sobrellevar esto, como la necesidad e importancia de reinventarse permanentemente.

Necesitamos desarrollar la resiliencia: la capacidad que tenemos de superar situaciones traumáticas y difíciles, movilizando nuestros propios recursos para salir fortalecidos. Es una de las virtudes que potencia la felicidad, en especial si logramos conectar esta capacidad individual con la de los demás.

La resiliencia surge cuando buscamos espacios para dialogar, de forma interesada y profunda, sobre lo que necesitamos para atravesar estos momentos con solidaridad, determinación y valentía. Esta es una característica que se fortalece al mirar el mundo y el tiempo que nos tocó vivir con unos ‘ojos nuevos’. Es decir, con una mirada optimista, que busque lo positivo y modifique nuestra perspectiva. Hay que aprender a vivir por encima del drama, escogiendo la alegría como energía principal.

Reconocer la importancia del círculo cercano en la vida; lo que implican nuestros hijos, nuestros padres y nuestra pareja; lo que aportan nuestros amigos y colegas. Fomentar esas relaciones en estos momentos de aislamiento es fundamental para hacer que circule la energía positiva. Hay que asumir que no todo está en nuestro control y eso puede ser algo favorable. La incertidumbre es una oportunidad, no una carga. Aceptar, valorar y alegrarnos de que los cambios existen y que son parte de nuestra vida. Verlos como ventajas y posibilidades. Plantearnos metas que podamos concretar, reconociendo las limitaciones que existen; no importa si son logros pequeños.

¿Cómo reconocer el estrés y la ansiedad?

El estrés es parte de nuestra vida y cada persona lo experimenta de distintas maneras. Identificar cómo nuestro cuerpo vive esta emoción y ubicar los motivos que la generan permitirá comprender cómo sanarnos, evitando maltratarnos o aislarnos de nuestros seres queridos. Estos son los signos de estrés (o ansiedad, que es el nivel incontrolable de estrés) más comunes:

Comer en exceso o no comer

Vivir estas emociones puede generar que sienta la necesidad de comer, aún si no tiene hambre, o que no tenga hambre y evitar alimentarse, perdiendo peso de forma poco saludable.

Llorar sin razón

Cuando estamos tensionados, una reacción frecuente es el llanto que se presenta sin ningún motivo aparente.

Pensar siempre lo peor

En situaciones estresantes, es común tener una posición negativa ante las cosas y la vida. Nada funciona, nada sirve, todo está mal, no hay salidas posibles.

Dolor muscular

Se manifiestan en tensión muscular (mandíbulas, cuello, espalda) que redunda en dolores intensos y cansancio. Esto nos lleva a la depresión, a la reactividad.

Dificultad para concentrarse

El estrés se manifiesta con una disminución de nuestra capacidad para concentrarnos. Se complica el analizar con perspectiva y sintetizar con criterio la información que nos llega del exterior.

Ira y depresión

Si bien parecen reacciones distintas, tienen una misma base: la necesidad de defenderse o separarse del motivo que provoca molestias.

Reacciones violentas o agresivas con las personas que nos rodean o aislarse y callar son comportamientos que denotan que estamos pasando por períodos de estrés.

Para enfrentar el estrés y la ansiedad, hay que pensar cómo queremos vivir estos días y dialogarlo con los demás

Atravesar momentos inciertos

Una de las capacidades más asombrosas de la mente humana es que puede anteponerse a la adversidad si en verdad se lo propone. Hay estrategias útiles que usted puede tener en cuenta, para sobrellevar estos momentos.

Lo principal es aceptar la situación como es. No tenemos el control de esto y no la podemos cambiar. Hay que aceptar lo que siente. El miedo y la angustia son lógicos en estas circunstancias.

Optimismo

Ser conscientes de que esta situación va a pasar y que es temporal. Compartir responsabilidades en la casa, de autocuidado y de ocio. Asimismo, hay que aprovechar este tiempo para establecer nuevos hábitos más saludables para nosotros y nuestras familias.

Perspectiva

Meditar es bueno para activar el cuerpo y el cerebro. Ayuda a la serenidad y a mirar con otros ojos el presente. Por otro lado, escribir es algo que puede sacarnos del estrés. Así, se reflexiona sobre las situaciones y se crea un registro de las experiencias cotidianas.

Unidad

Es importante tomar decisiones en función del bien común, teniendo en cuenta los principios y valores que nos unen como familia.

Persistencia

Esta pandemia nos muestra la importancia de una mentalidad de renovación permanente cuya principal característica es la gratitud.

Ahora hay que vivir cada día lo mejor que se pueda y dejar vivir a los demás con la mejor predisposición

Poner el foco en lo positivo

Quizás el reto más importante se nos presentará cuando sea posible retomar nuestra vida luego de esta cuarentena. ¿Seremos los mismos?, ¿a qué nuevos retos nos enfrentaremos?, ¿qué demandarán de nosotros las nuevas situaciones que afrontemos? Sin duda se trata de una excelente oportunidad para reinventarnos.

Esto significa iniciar un proceso de transformación positiva. Darse la oportunidad de partir de cero, construyendo nuestra vida para lograr ser quienes queremos ser, creando nuevas formas de ‘estar’ en el mundo y de relacionarnos con los demás.

Se trata de cambiar las actitudes y conductas que nos estancan o limitan y salir de nuestra zona de confort. Ayudar a que cada persona sea responsable de su propio autocuidado, movilizando sus redes de apoyo familiar, social y profesional.

Los días que vivimos nos ayudan a poner en perspectiva lo que realmente importa, priorizando la unidad familiar para enfrentar lo que vendrá cuando la incertidumbre pase

Evaluar

Es importante analizar nuestra historia y reconocer los errores cometidos. Una mente positiva es fundamental para plantearnos un nuevo comienzo.

Rectificar

Reflexionar sobre quiénes somos ahora, qué aprendizaje hemos alcanzado y qué experiencias hemos vivido, ya que, seguramente, querremos cosas distintas para nosotros y los nuestros. Analizar el contexto al que nos enfrentamos, mirar oportunidades y potenciar nuestra creatividad.

Planificar

Construir un plan realista que permita evidenciar resultados de nuestros esfuerzos, con metas claras y retadoras. Una buena manera de tener esto presente es anotarlo.

Determinar

Cuando todo parece estar cambiando, son nuestros valores los que tienen un enfoque más claro. Plantearnos como protagonistas de nuestra propia vida, reconociendo que, si bien ahora no podemos controlar todo, podremos ser distintos si las circunstancias lo permiten.

Constancia para enfrentar los retos que las nuevas circunstancias nos presenten