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Lactancia materna
Es, sin duda, la mejor fuente de nutrición para su bebé durante los primeros seis meses de vida.
Inicie la lactancia dentro de la primera hora de vida
Durante esa primera hora, su cuerpo produce calostro, una sustancia rica en inmunoglobulinas, fundamentales para el desarrollo del sistema inmunológico de su bebé. Esto le ayudará a protegerse contra diversas enfermedades en el futuro.
La succión en esta etapa inicial estimula la producción de leche en mayor cantidad y con mayor eficiencia en las semanas siguientes. Además, el contacto piel con piel fortalece el vínculo emocional, proporcionando seguridad y bienestar a ambos.
Ante dudas, consulte nuestro GLOSARIO
Beneficios
Para el bebé
  • La leche materna contiene todos los nutrientes esenciales para el desarrollo físico y cognitivo del bebé. Se adapta a sus necesidades, cambiando su composición a medida que crece, lo que la convierte en un «alimento vivo».
  • Además de aportar nutrientes, la leche materna está llena de anticuerpos que ayudan a reforzar el sistema inmunológico del bebé, protegiéndolo contra infecciones y enfermedades.
Para la madre
  • La lactancia promueve un método natural de control de la fertilidad conocido como amenorrea lactacional. La prolactina, hormona encargada de producir la leche, también suprime la ovulación, lo que puede retrasar un nuevo embarazo.
  • Al amamantar, el cuerpo utiliza mucha energía para producir leche, lo que facilita la pérdida de peso postparto.
  • Amamantar reduce el riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovario; además, cuanto más tiempo dure la lactancia, mayor será el efecto protector.
  • La lactancia favorece la liberación de oxitocina, una hormona que fortalece el vínculo afectivo entre madre e hijo y reduce el riesgo de depresión postparto.
  • La lactancia materna es una forma económica de alimentar a su bebé, sin necesidad de comprar fórmula ni otros equipos, ahorrando tiempo y dinero.
Frecuencia y duración
  • Cuanto más a menudo amamante a su bebé, más fácil será para su cuerpo producir la cantidad adecuada de leche.
  • Mantenga la lactancia exclusiva hasta los seis meses. Si es posible, continúe amamantando junto con la alimentación complementaria hasta los dos años.

¡Recuerde que la lactancia materna es una inversión tanto para su salud como para la de su bebé!

Consejos del experto
El uso de leche de fórmula
Si la lactancia materna no es una opción viable, la leche de fórmula puede ser una alternativa adecuada. Aquí le brindamos algunas recomendaciones:
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Razones para usar leche de fórmula
  • Algunos bebés, como los prematuros, de bajo peso o con alergias a la leche materna, pueden necesitar una fórmula especial adaptada a sus necesidades.
  • Si la madre está tomando medicamentos que podrían pasar a la leche materna o padece de alguna enfermedad que contraindique la lactancia, la fórmula es una opción segura.
  • En algunos casos, la leche de fórmula se utiliza para complementar cuando la leche materna no es suficiente para satisfacer las necesidades del bebé.
Tipos de leche de fórmula
  • Fórmula a base de leche de vaca: este es el tipo más común y adecuado para la mayoría de los bebés. La leche de vaca se modifica para que sea más fácil de digerir.
  • Fórmula hidrolizada (parcial o extensamente): ideal para bebés con dificultades digestivas. Las proteínas de la leche se descomponen en partículas más pequeñas, lo que facilita su digestión. Las fórmulas extensamente hidrolizadas son hipoalergénicas y recomendadas para bebés con alergia a la proteína de la leche de vaca.
  • Fórmula a base de soya: esta opción es para bebés con intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche de vaca. Sin embargo, debe usarse solo bajo supervisión médica por sus posibles efectos en el desarrollo.
  • Fórmula sin lactosa: diseñada para bebés con intolerancia a la lactosa, una condición poco común en recién nacidos. En estas fórmulas, la lactosa se reemplaza por otro tipo de azúcar.
niños alimento
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Consulte siempre con su pediatra
  • Antes de elegir una fórmula, es esencial que consulte con su pediatra para asegurarse de que selecciona la más adecuada para las necesidades específicas de su bebé.
  • El uso de leche de fórmula puede ser una alternativa segura y nutritiva, pero recuerde que siempre es mejor hacerlo bajo la guía de un profesional.
Opciones de leche de fórmula En La Percha
Cerelac Probióticos

Fórmula diseñada para apoyar la digestión con probióticos, lo que fortalece el sistema inmunológico del bebé.

Nido 1 Prebio 1 DHA

Apta para niños a partir de un año, enriquecida con prebióticos y DHA, esenciales para el desarrollo cerebral y del sistema nervioso.

Similac Sensitive

Ideal para bebés con sensibilidad digestiva, contiene proteínas parcialmente hidrolizadas para una digestión más fácil.

Enfamil Premium ProMental

Contiene DHA y otros nutrientes que apoyan el desarrollo físico y mental del bebé.

NAN OPTRIPO

Fórmula a base de leche de vaca modificada con probióticos y DHA, diseñada para fortalecer el sistema inmunológico y el desarrollo cerebral del bebé.

Explore otros aspectos clave
Alimentación complementaria
A partir de los seis meses, los bebés necesitan una alimentación complementaria para satisfacer sus crecientes demandas nutricionales. En esta etapa, los requerimientos de hierro aumentan, y la leche materna por sí sola no proporciona la cantidad necesaria.
Se recomienda que inicie la alimentación complementaria con alimentos de sabor neutro, como papas, zapallo o zanahorias cocidas. Es aconsejable introducir los alimentos poco a poco, uno a la vez. De esta manera, podrá observar si hay alguna intolerancia o alergia, lo que le permitirá identificar qué alimentos deben evitarse.
El huevo puede incorporarse entre los seis y ocho meses de edad, mientras que el pescado puede introducirse a partir de los 10 meses. Su pediatra la garantizará que la transición hacia la alimentación complementaria se realice de manera segura y efectiva.
Para facilitar la dieta diaria de los bebés con alergias alimentarias, se presenta a continuación una lista de alimentos seguros que pueden incluirse en su alimentación:
  • Frutas frescas: plátano, manzana y pera.
  • Verduras cocidas o al vapor: zanahorias, papas y zapallo.
  • Granos sin gluten: quinua, arroz y amaranto.
  • Legumbres: lentejas, garbanzos y fréjol.
  • Carnes magras y pescados: opciones nutritivas y seguras.

Asegúrese de revisar siempre si el envase indica la presencia de trazas de alérgenos, ya que esta información generalmente se encuentra en la parte posterior del envase, después del listado de ingredientes. Se recomienda evitar productos con ingredientes que no estén claramente identificados, para garantizar la seguridad alimentaria del bebé.

  • La dieta diaria del bebé debe incluir una variedad de alimentos, tales como frutas, verduras, carnes magras, huevo, cereales integrales y alimentos ricos en grasas saludables. Esta diversidad asegurará que el bebé reciba los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo.
  • No se debe añadir azúcar ni sal a la comida del bebé antes de los 12 meses. Mantener la dieta libre de estos ingredientes contribuye a establecer hábitos alimentarios saludables desde temprana edad. Por eso, en caso de comprar alimentos ya preparados para bebés, asegúrese de leer el etiquetado nutricional, pues estos no deben contener azúcar.
  • Se recomienda reducir al mínimo la exposición del bebé a pantallas, especialmente durante las comidas. Esta práctica fomenta la interacción familiar y ayuda a que el bebé se concentre en la alimentación.
  • Involucrar al bebé en las comidas familiares es fundamental. Al observar a los adultos consumir alimentos saludables, el bebé desarrollará curiosidad y estará más dispuesto a probar nuevos sabores. Esta dinámica no solo promueve la alimentación saludable, sino que también fortalece los lazos familiares.
Aunque es posible que un bebé siga una dieta vegetariana de manera segura, no se recomienda el veganismo estricto en niños pequeños, ya que se encuentran en una fase crítica de crecimiento. En lugar de eliminar todos los productos de origen animal, se aconseja incluir lácteos y huevos en su dieta debido a su alta densidad nutricional. Para los padres que optan por una dieta vegetariana, es crucial asegurarse de que el bebé reciba suficientes nutrientes clave, como la vitamina B12, la vitamina D y los ácidos grasos Omega 3.
  • Alimentos fortificados: se pueden incluir alimentos fortificados con vitamina B12 y vitamina D en la dieta del bebé. Además, es importante que el niño pase tiempo en el sol para obtener vitamina D de manera natural.
  • Semillas de chía y linaza: son una buena fuente de ácidos grasos Omega 3. Tritúrelas para que el bebé pueda digerirlas y aprovechar sus beneficios. Las nueces también son una excelente fuente de Omega 3.
  • Suplementos: los bebés vegetarianos deben tomar suplementos de vitamina B12, ya que no es fácil de encontrar en fuentes vegetales.
Si el niño tiene una dieta balanceada y variada, no debería necesitar suplementos adicionales. Sin embargo, si la dieta no es adecuada, la suplementación puede ser necesaria, especialmente durante esta etapa de rápido crecimiento. Las vitaminas que se recomiendan comúnmente son:
  • Vitamina D
  • Hierro
  • Vitamina B12 (si se sigue una dieta vegetariana)
  • Multivitamínicos y complementos nutricionales en caso de malnutrición.

Al seguir estas recomendaciones, se puede garantizar que el bebé reciba la nutrición adecuada para su desarrollo saludable.

La preparación y el almacenamiento adecuados de los alimentos son esenciales para prevenir intoxicaciones alimentarias en los bebés. A continuación, se presentan algunas prácticas recomendadas:
  • Lávese siempre las manos antes de preparar alimentos y de alimentar al bebé.
  • Cocine bien los alimentos y almacénelos en recipientes herméticos en el refrigerador. Esto ayuda a preservar la frescura y a evitar la contaminación.
  • Se debe lavar y desinfectar bien los utensilios y superficies utilizados en la preparación de alimentos. Además, es importante lavar cuidadosamente las frutas y verduras antes de ofrecérselas al bebé.
Algunos alimentos pueden influir en el comportamiento y el sueño de los niños. A continuación, se describen ciertos alimentos que pueden tener un impacto positivo o negativo:
  • Si bien no existen alimentos milagrosos que garanticen un sueño profundo, hay algunos que pueden ayudar a promoverlo. Los alimentos ricos en triptófano, como el plátano, el aguacate, el pavo, la espinaca, los huevos, la avena, el tofu, el pollo y el fréjol, son excelentes opciones. Asimismo, el salmón, las sardinas y el atún, ricos en DHA, pueden incrementar la serotonina, favoreciendo un mejor descanso.
  • Relación entre alimentación y comportamiento:
    1. Algunos alimentos procesados, especialmente aquellos que son altos en azúcar y con ciertos colorantes artificiales y preservantes, podrían influir en el comportamiento de niños susceptibles, aumentando la hiperactividad o dificultando la concentración.
    2. La alergia a la proteína de la leche de vaca es una de las alergias alimentarias más comunes en niños pequeños, mientras que la intolerancia a la lactosa es menos frecuente en esta etapa. Ambos pueden causar molestias digestivas, lo que podría contribuir a irritabilidad en algunos casos.
    3. En niños con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten, el consumo de gluten podría causar irritabilidad y dificultades de concentración, lo que podría exacerbar ciertos síntomas. Sin embargo, no hay evidencia clara de que el gluten afecte directamente la hiperactividad en otros niños.

Limitar el consumo de alimentos procesados, con alto contenido de azúcares añadidos, colorantes artificiales y preservantes, puede prevenir posibles efectos negativos en el comportamiento, como hiperactividad o dificultades de concentración. En caso de alergia a la proteína de la leche o intolerancia al gluten, es importante adaptar la dieta con la orientación de un profesional de la salud para evitar molestias digestivas e irritabilidad. Finalmente, mantener una dieta equilibrada y establecer rutinas alimentarias saludables son clave para el bienestar general de los niños.

  • Palitos de yuca al horno con un toque de aceite de oliva.
  • Galletas caseras de avena y zanahoria, sin azúcar añadida.
  • Rodajas de pepino con queso fresco.
  • Trocitos de camote asado.
  • Quinua cocida con trocitos de zanahoria y zucchini.
glosario

Probióticos: microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud, especialmente para la salud intestinal. Ayudan a mantener un equilibrio saludable de la flora intestinal, lo que es crucial para la digestión y la absorción de nutrientes, así como para el desarrollo del sistema inmunológico.

5 cereales / 8 cereales: mezclas de diferentes tipos de granos, que pueden incluir avena, arroz, trigo, maíz, cebada, quinua, entre otros. Proporcionan una variedad de nutrientes, incluyendo carbohidratos, fibra, vitaminas y minerales, necesarios para el crecimiento y desarrollo del niño.

DHA (Ácido docosahexaenoico): un ácido graso omega-3 que es fundamental para el desarrollo del cerebro y la función visual. Es importante para el desarrollo cognitivo y la salud visual en los bebés y niños pequeños, ayudando a mejorar la función cerebral y el desarrollo neurológico.

ARA (Ácido araquidónico): un ácido graso omega-6 que desempeña un papel en la función celular y el desarrollo cerebral. Contribuye al desarrollo del cerebro y a la salud visual, y es especialmente importante durante los primeros años de vida, cuando el cerebro se está desarrollando rápidamente.

HMO (Oligosacáridos de leche humana, como 2′-fucosilactosa): carbohidratos complejos que no son digeribles por el bebé, pero que actúan como prebióticos. Promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino y ayudan a proteger contra infecciones al fortalecer el sistema inmune.

Prebióticos: componentes no digeribles de los alimentos que estimulan el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas en el intestino. Mejoran la salud intestinal, favorecen la absorción de minerales y ayudan a regular el sistema inmunológico.

PDX (Polidextrosa): un tipo de fibra soluble que se utiliza como prebiótico. Ayuda a mejorar la salud intestinal y puede contribuir a una mejor digestión y absorción de nutrientes.

GOS (Oligosacáridos de galactosa): un tipo de prebiótico que promueve el crecimiento de bifidobacterias en el intestino. Ayuda a mantener un equilibrio saludable de la flora intestinal y mejora la función inmunológica.

Hierro: un mineral esencial necesario para la producción de hemoglobina y el transporte de oxígeno en la sangre. Es clave para prevenir la anemia y asegurar un desarrollo cognitivo y físico adecuado en bebés y niños.

Vitamina A: una vitamina liposoluble importante para la visión, el crecimiento celular y la salud del sistema inmunológico. Es esencial para el desarrollo de la visión y el sistema inmunológico, ayudando a proteger contra infecciones.

Vitamina D: una vitamina que ayuda en la absorción de calcio y fósforo, fundamentales para la salud ósea. Es crucial para el desarrollo de huesos y dientes fuertes, y para el mantenimiento del sistema inmunológico.

Sistema inmune: la defensa natural del cuerpo contra infecciones y enfermedades. Los alimentos fortificados con nutrientes que respaldan la función inmunológica contribuyen a proteger a los bebés y niños de enfermedades.

Zinc: un mineral esencial que interviene en numerosos procesos biológicos, incluyendo la función inmunológica y la síntesis de proteínas. Es clave para el crecimiento, el desarrollo, y el mantenimiento de un sistema inmunológico saludable.

Vitamina B1 (Tiamina): una vitamina del complejo B que facilita la conversión de los carbohidratos en energía. Es esencial para el crecimiento, el desarrollo del sistema nervioso y el metabolismo energético en los bebés y niños.

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