Ricas en vitaminas, minerales, agua, fibra y antioxidantes. Benefician el sistema inmunológico, la piel, la digestión y previenen enfermedades crónicas.
Contienen vitaminas, minerales, fibra, carbohidratos complejos y antioxidantes. Mejoran la salud digestiva, apoyan la función inmunológica y reducen el riesgo de enfermedades crónicas.
Como fréjol, garbanzos, lentejas y arvejas, son una buena fuente de proteínas, fibra, carbohidratos complejos, hierro, vitaminas del complejo B y minerales. Esenciales para el desarrollo y reparación de tejidos, salud intestinal y producción de energía.
Los cereales integrales, como el arroz integral, la quinua, la avena y la cebada, junto con los tubérculos como las papas y los camotes, aportan carbohidratos complejos, fibra, proteínas, vitaminas B y minerales como magnesio y hierro. Proveen energía sostenible y promueven la saciedad.
Ricos en grasas saludables (Omega 3, 6 y 9), proteínas, fibra, vitaminas (E) y minerales (magnesio y zinc). Benefician el corazón, la función cognitiva y proporcionan energía sostenible.
Las semillas, como las de chía, lino, calabaza y sésamo, aportan grasas saludables (Omega 3 y Omega 6), proteínas, fibra, vitaminas (E) y minerales (zinc y magnesio). Promueven la salud cardiovascular, función cerebral y digestión.