Esta molesta condición cutánea requiere de cuidados específicos y el diagnóstico de un especialista. Descubra cómo tratarla.
Los expertos en dermatología explican que la piel rosácea es, de hecho, un tipo de acné producido por bacterias, que se presenta comúnmente después de los 30 años. Se caracteriza por un rostro enrojecido, poros dilatados, granitos rojos y amarillos, además de la pronunciación de vasos sanguíneos superficiales. Sucede cuando las personas se ruborizan y enrojecen con facilidad.
Sus causas son múltiples. Aparece principalmente por el factor hereditario, pero empeora con el estrés, el calor y los malos hábitos de vida como el cigarrillo, el alcohol y al consumir alimentos muy condimentados. Afecta más a mujeres que a hombres y también influyen factores infecciosos.
Cómo manejarla
La piel rosácea no es un acné común, pero es igual de difícil de tratar que el acné juvenil y, de la misma manera, no se puede contar con una curación total, aunque se la puede mantener bajo control. Buscar el diagnóstico y la ayuda del especialista para manejarla es importante, pues es el experto quien determinará si se deben prescribir antibióticos tópicos, antisépticos o tratarla a través de luz pulsada intensa.
No obstante, mantener los cuidados básicos es un aspecto fundamental. La protección solar a toda hora es infaltable. Hay que aplicar bloqueador cada tres horas, desde las 09:00, hasta las 17:00, que es cuando la radiación solar es más intensa. Si padece de esta condición, busque protectores con camuflaje, especiales anti rojez, con control del rubor y cremas tópicas para controlarlo. Asimismo, es importante evitar ambientes cerrados y calurosos, porque pueden ser un detonante.
Un reto común para mujeres que cuentan con esta condición es cómo aplicar el maquillaje. Lo que se puede hacer es ponerlo normalmente, pero se aconseja usar bloqueador solar tinturado en lugar de base fluida.
En casos extremos
Al igual que el acné juvenil, la rosácea tiene distintos niveles de intensidad, para los cuales hay que tomar medidas específicas. Esta condición puede ser la precursora de dermatitis seborreica facial y generar conflictos en las pestañas. En situaciones más extremas, los dermatólogos prescriben antibióticos tópicos o sistémicos, haciendo hincapié en las medidas de higiene y protección solar. Por ello la importancia de asesorarse con un especialista.
