Evite estos descuidos comunes, que parecen inofensivos, pero le hacen daño a su cutis.

El órgano más extenso de su cuerpo se merece un trato privilegiado en su rutina diaria y tiene algunos pasos, simples pero efectivos que, a lo largo de su vida, le garantizarán un rostro luminoso, bello y libre de imperfecciones.

Su cuidado cutáneo es algo personal, en el que debe considerar múltiples factores para que sea completamente eficaz. Sin embargo, hay errores frecuentes que no puede ignorar y que se evidenciarán con el paso de los años. Descubra si está cometiendo alguno de ellos.

· Prescindir del bloqueador. El mayor causante del envejecimiento prematuro es la exposición solar inadecuada. El buen uso de un fotoprotector ayuda a cuidar la piel a corto y largo plazo. Aplicar el bloqueador desde las 09:00 hasta las 17:00, en intervalos de tres horas, debe ser un paso ineludible en sus prácticas de cuidado facial, así se encuentre bajo el sol o en interiores. Tenga en cuenta que el que use sea de acuerdo a su tipo de piel y de un SPF de mínimo 30.

· Falta de sueño. Un descanso reparador es una de las mejores estrategias para una piel impecable. Mientras duerme, la dermis se repara por sí misma y, si cuenta con unas sólidas ocho horas cada noche, esto se evidencia en su aspecto. Si no lo hace, su piel luce apagada, sin vida y es propensa a arrugarse anticipadamente. Intente dormir de espaldas para evitar que no se formen las infames ‘patas de gallo’, que aparecen principalmente por la fricción del rostro en la almohada.

· Dormir con maquillaje. Uno de los peores errores que puede cometer. Si no cuenta con una rutina para remover el maquillaje y prácticas específicas para el cuidado nocturno, el envejecimiento prematuro está prácticamente garantizado. Dormir con maquillaje tapa los poros de la piel, la hace propensa a las espinillas y termina manchándola, por lo que es indispensable removerlo adecuadamente antes de dormir. Limpiarla y aplicar tratamientos nocturnos es de suma importancia.

· Ignorar la hidratación interna/externa. La humedad de la piel se logra por dos vías: internamente, bebiendo al menos dos litros agua al día. El agua ayuda a remover impurezas y la suaviza naturalmente. Por su parte, para humectarla externamente, puede escoger múltiples hidratantes y aplicarlos constantemente, según su tipo de piel. Los humectantes suaves, a base de agua, son ideales para la piel grasa, las cremas un tanto más consistentes para la piel seca y los hipoalergénicos para las pieles sensibles.

· Exfoliar demasiado. Remover células muertas es perfecto para que la piel luzca luminosa y con vida, pero hay que saber hacerlo. Realizar exfoliaciones a menudo es contraproducente, pues se elimina gran parte de la barrera protectora del cutis, lo que la deja expuesta al sol y a la polución del ambiente, envejeciéndola notoriamente. Además, es una práctica abrasiva que puede irritarla gravemente. Un máximo de dos veces por semana, según el tipo de piel, es lo recomendable.

· Descuidar la alimentación. Una dieta natural y balanceada, rica en vitaminas y minerales, es un regalo que le hace a su piel. Consumir estos nutrientes trae amplios beneficios, pues previenen daño, son altos en antioxidantes que cuidan todo su cuerpo y cumplen funciones para que el cutis se vea como se debe. Sin embargo, una dieta abundante en comida chatarra, llena de calorías vacías la inflama y genera radicales libres que envejecen y perjudican su aspecto y su salud.