La karateca ecuatoriana, previo su viaje a París, comparte su historia y aporte al país. El esfuerzo es su marca.
Todos tenemos una ‘montaña’ que conquistar en nuestras vidas. No importa de que tamaño sea, lo importante es salir de la oscuridad de su sombra a encontrar la luz en su cima.
La energía de Jacqueline Factos es contagiosa. Cuando narra su camino para convertirse en la karateca número uno del Ecuador deja en evidencia que lo que ha sido imprescindible para avanzar es mucha energía y objetivos claros.
La atleta afirma que comenzó ‘tarde’ en el mundo del karate. Previamente hizo patinaje, levantamiento de pesas y atletismo. “Estuve buscando una disciplina que me llene y después de algunos intentos, llegué al karate, que me cautivó y marcó el camino”.
A sus 18 años se unió a la Concentración Deportiva de Pichincha. Su entrenador fue Luis Valdivieso, quien le aseguró que, con dos años de fuerte entrenamiento, lograría entrar en competiciones.
Entonces, la karateca se fijó el objetivo y se preparó para lograrlo. Entrenar trabajar y estudiar fue posible. “Me levantaba a las 04:00 y entrenaba hasta las 06:00. Luego desayunaba e iba a la universidad ESPE hasta las 14:00. Nuevamente, entrenaba de 16:00 a 18:00. Fue duro pero valió la pena. Saqué la carrera profesional en Cultura Física y logré conseguir mis primeras medallas deportivas”.
Jacqueline es la mayor de tres hermanos. Cuenta que su niñez fue recreativa, activa y siempre vinculada a los deportes. Este escenario fue muy importante para que, junto a su hermana menor, se convierta en una destacada deportista. Ingrid Factos es una patinadora que ha logrado medallas en esta disciplina. “Mi hermana es mi inspiración. Siendo más pequeña, me demostró que todo es posible si se consigue con perseverancia y disciplina. No hay otra forma de lograrlo”.
Una vez, el orgulloso padre de Jacqueline acompañó a sus dos hijas que coincidieron en sus respectivas disciplinas en los Juegos Panamericanos, en Cali.
El karate le enseñó a Jacqueline que no importa lo tarde que se empiece a cumplir un sueño. “Si de verdad lo quieres lograr, debes trabajar por ello. En mi caso, no tuve tiempo que perder. Al ser consciente de que empecé tarde, tuve que alcanzar a deportistas que entrenaban ya por 10 años. Lo hice con perseverancia y me aferré con todo para lograrlo”
Cuando la deportista habla de sus más de 200 medallas alcanzadas, se refiere a los retos que se han modificado conforme ha avanzado en su camino. ”Mi primer sueño fue ser seleccionada de Ecuador, luego me propuse ganar los Juegos Panamericanos, luego ir a un Mundial, y ahora sueño con ir a los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Trabajo mucho para lograrlo”.
Al referirse a su aporte al país, asegura que cada triunfo es alcanzado con el corazón y está dedicado a todos los ecuatorianos para que sientan orgullo por su país, para que sepan que con esfuerzo todo es posible. “Además, a través del karate, he tratado de hacer conocer al Ecuador internacionalmente. Su ubicación y las maravillas que puede ofrecer al mundo”.
En estos 14 años de preparación, Jacqueline ha aprendido a valorar el tiempo y el apoyo fundamental de familia. Si bien dedicarse de lleno a entrenar y destacar en una disciplina es un reto permanente, asegura que esforzarse al máximo es importante para todo en la vida.
