Es una condición en la cual las personas experimentan malestar digestivo después de consumir productos lácteos, pero se puede aliviar.
Hace pocos años, durante una clase de antropología de la alimentación, descubrí por primera vez la existencia de una condición muy peculiar llamada persistencia a la lactasa. Esta es una condición genética que se da en ciertas poblaciones humanas, donde la actividad de la enzima lactasa persiste en niveles altos en la vida adulta, permitiendo así la digestión de la lactosa.
Las poblaciones con persistencia a la lactasa suelen ser aquellas en donde los lácteos han sido históricamente parte importante de su alimentación diaria, como en Europa del norte y en algunas poblaciones africanas.
Esta, sin embargo, no es la realidad de la mayoría de los seres humanos. ¿Qué sucede con la intolerancia a la lactosa? Esta condición es algo que había estudiado profundamente durante mi carrera, ya que es muy común a nivel global. Afecta hasta al 68% de la población mundial.
Cuando somos niños, el cuerpo produce la enzima lactasa para digerir la lactosa presente en la leche, el principal componente de nuestra dieta durante esa etapa. A medida que crecemos y añadimos nuevos alimentos a nuestra dieta, el cuerpo se adapta y produce menos lactasa. En la vida adulta, la producción de lactasa disminuye significativamente, lo que resulta en malestares digestivos al consumir lácteos.
Durante mucho tiempo, los lácteos no pudieron formar parte de la alimentación de muchas personas debido a esto, pero gracias al ingenio de la industria alimentaria, ahora existen alternativas como los productos deslactosados.
La leche deslactosada es un recurso valioso que ofrece los mismos beneficios nutricionales que la leche regular, pero con la ventaja de ser más fácil de digerir. Al agregar enzima lactasa en la formulación de la leche, se descompone la lactosa en azúcares simples.
Los productos deslactosados pueden ser una opción nutritiva para los niños en etapa de crecimiento y desarrollo, pues proporcionan los nutrientes necesarios para huesos fuertes y dientes sanos, sin los problemas digestivos asociados con la lactosa. Para los adultos que sufren de intolerancia a la lactosa, esta alternativa es un salvavidas, permitiéndoles disfrutar de los beneficios de la leche sin preocuparse por los malestares estomacales.
Existen numerosas opciones de leche deslactosada en el mercado, como la leche de vaca, el yogurt y el queso deslactosado. También hay opciones de origen vegetal como las bebidas vegetales de soya o almendra, que son naturalmente libres de lactosa. Aunque el precio puede ser ligeramente más alto que el de la leche regular, la inversión en salud y comodidad vale la pena para muchos.
Con el conocimiento adecuado, proporcionado por un experto de la salud que le asesore con mayor precisión, usted podrá encontrar que es posible tener una alimentación saludable, nutritiva y con gran sabor, sin renunciar a los lácteos.
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