Un ingrediente de inmensa delicia por su textura suave y su sabor único.
Comúnmente, se lo encuentra en conserva y es un excelente añadido a sus platillos, ya que eleva el poder nutricional de cada comida en la que se lo incluye. El palmito es visto como un cilindro de color marfil, goza de una textura delicada y es ideal para aperitivos o ensaladas. Sin duda, un tesoro de nuestra tierra. Su principal exportador a nivel mundial es el Ecuador, luego de arrebatarle el liderazgo a Brasil a partir de los años 90.
Historia. Se lo extrae de ciertas especies de palmera como el cocotero, la jusará, el asaí, el pejibayo o pijuayo, los cuales se ubican en las zonas tropicales de Sudamérica. Se debe esperar de 12 a 18 meses para el crecimiento de una palma y que esta sea considerada lo suficientemente grande para la extracción.
Usos. Antes de ser consumido, el palmito es sometido a la cocción para eliminar su amargura y convertirlo en un alimento más agradable para, posteriormente, ponerlo en venta. Gracias a su agradable sabor, lo puede aplicar en ensaladas, aperitivos, guarniciones, sopas, ceviche o servirlo acompañado de salsas o vinagretas.
Nutrición. La mayoría de su composición es agua y no tiene altos porcentajes de calorías. Al consumirlo aporta fibra y da una importante sensación de saciedad. Contribuye al tránsito intestinal, así como al mantenimiento de los niveles adecuados de colesterol en la sangre. Comerlo con frecuencia ayuda a reducir la grasa corporal, el colesterol y evita el estreñimiento.
Conservación. Como es un alimento que se comercializa en conserva, se recomienda que, una vez que abra el envase, escurra el palmito y lo guarde en un contenedor de plástico, tipo Tupperware. De esta forma puede permanecer durante aproximadamente dos semanas en la refrigeradora.