Sabor, aroma y color son los elementos que conforman la taza de té perfecta.

Es una bebida milenaria, que despierta pasiones, armoniza el organismo y hasta influye en la salud. El té y las infusiones hacen más que hidratarlo. Intervienen favorablemente en el estado de ánimo.

Guillermo Jarrín, sommelier de té internacional y propietario de Tippytea explica que, aunque muchas personas se refieren al té y a las infusiones como sinónimos, de hecho, son bebidas diferentes. “Todos los tés se realizan a partir de la planta camellia sinecis, que contiene teína. Por su parte, las infusiones se hacen a base de plantas naturales. Debido a que muchas de estas plantas son completamente libres de teína, como la manzanilla, cedrón, hierbaluisa o toronjil, se las considera como infusiones”.

El especialista asegura que tanto el té como cualquier aromática aporta notables beneficios, según el momento del día en el que se las beba.

Aconseja tomar té negro en el desayuno, pues aporta energía. El té verde activa el metabolismo y ayuda a quemar grasa, por lo que es ideal antes de ir al gimnasio o durante el día, en el trabajo. Asimismo, los herbales como menta y cedrón son excelentes digestivos, de preferencia para beberlos después de comer y; finalmente, en la tarde o antes de dormir, aconseja los florales, como manzanilla, lavanda o rosas, que relajan el cuerpo.

En lo personal, el experto prefiere el té negro con un poco de leche y los florales con unas gotas de limón.

LA BEBIDA DEL BIENESTAR

El poder del té o las infusiones para cuidar la salud ha sido aprovechado por cientos de años. Estos son solo algunos de los beneficios que beberlo aporta a su bienestar.

Valeriana: Descanso nocturno
Toronjil: Estado anímico
Manzanilla: Relajante y digestivo
Menta: Expectorante y digestivo
Tomillo: Sistema inmunológico