Es un país con un fantástico abanico de vinos y acentuadas características regionales, que marcan una de las cunas del vino europeo.
Los Montes Apeninos dominan el paisaje y junto a los mares que rodean gran parte de la península, crean las condiciones ideales para cultivar las cepas más diversas y elaborar vinos de estilos contrastantes. Dentro de la Comunidad Europea están vigentes los siguientes niveles de calidad:
• Vinos con DOP (Denominación de Origen Protegida) Su calidad y características se deben a su origen geográfico, con sus factores humanos y culturales inherentes. Un 100% de las uvas proceden exclusivamente de la zona geográfica de producción y su elaboración se lleva a cabo en este lugar.
En Italia, el universo del vino está compuesto por 400 denominaciones, entre ellas:
Denominazione di Origine Controllata e Garantita (DOCG). La máxima categoría del vino italiano. Al margen de estrictos controles, el productor asume total responsabilidad del producto que embotella.
Denominazione di Origine Controllata (DOC). Vinos donde las cepas, producción y condiciones de elaboración están reglamentadas.
Indicazione Geografiche Tipiche (IGT). Vinos regionales que, sin tener los controles a los que está sometida una DOC, a menudo tienen estándares de calidad parecidos. Algunos grandes vinos Italianos, conocidos como supertoscanos se comercializan en esta categoría, pues sus productores no desean someterse a las exigencias de las DOC. Sin embargo, son grandes vinos.
Vino da tavola. Es un vino económico, poco controlado pero, generalmente, de una calidad aceptable, sobre todo si es del año.