De sabor intenso y textura delicada. Un deleite en cualquier
reunión social y el bocadito gourmet por excelencia.

Miguel Burneo, chef especialista en cocina latinoamericana y docente investigativo en la Universidad de las Américas (UDLA), explica que el paté es una pasta condimentada y emulsionada de cárnicos, generalmente vísceras de cerdo o ave.

Gracias a su textura pastosa y distinguido sabor, es un alimento ideal para servir en cualquier reunión, pues es fácil de untar en productos firmes y crocantes, además de que es muy apetecido por la mayoría de paladares. “Se puede servir tranquilamente en cualquier evento social tipo cóctel, donde el principal propósito es circular varios tipos de bocaditos”.

El experto indica que los complementos clásicos, como son el pan tostado o galletas de sal, funcionan bien con prácticamente todas las variedades de paté, pero aconseja llevar este alimento más allá y usar la imaginación para crear bocaditos únicos y especiales. “Se lo puede untar también, por ejemplo, sobre rodajas de vegetales crocantes, masas quebradas u hojaldradas, tortillas o croquetas. Lo que se nos ocurra, siempre y cuando exista un equilibrio de sabores y contraste de texturas”.

Antes de incluirlo en un acontecimiento social como un cóctel, es importante no abusar en la cantidad que sirva, ni tampoco mezclar muchas variedades, ya que es una preparación con un alto contenido calórico y de colesterol. De igual manera, tienen sabores fuertes e intensos que pueden aturdir el paladar.

LAS VARIEDADES

• Paté de hígado: uno de los más comunes y comerciales. Es preparado generalmente con hígado de pollo. Tiene un sabor ligero y por su textura es fácil de untar.
• Sobrasada: embutido pastoso de cerdo, de origen español. Se lo sirve como tapa, sobre una rebana de un pan rústico frito.
• Paté de hígado con champiñones: variación del paté de hígado clásico. Los champiñones aportan otro tipo de sabores más silvestres.
• Paté alemán: se prepara con hígado, carne y tocino de cerdo. Es una pasta firme y su sabor es fuerte y ligeramente ácido, por el uso de limón o vinagre.

Una porción de hasta 25 g de paté por bocadito es la adecuada