El año inicia con la conmemoración de la Diablada de Píllaro. Es la excusa perfecta para visitar esta bella provincia de la Sierra y degustar sus platillos más representativos.

Personalidad y sabor. La cocina de Tungurahua cuenta con características únicas. Firmemente serrana y una mezcla perfecta de los más deliciosos sabores e ingredientes, los platos típicos de esta provincia son apetecidos y apreciados en todo el país.

Al hablar de sus preparaciones más famosas, el plato que más se destaca es, sin duda, el Yaguarlocro. Oriundo de este lugar, pero de fama nacional, su elaboración a base de las mollejas y la sangre de borrego, junto con aguacate, cebollas y papas ha marcado la identidad gastronómica de la provincia. Y ¿cómo olvidar la sangre? El complemento por excelencia de esta sopa emblemática.

Permítale un gusto a su paladar y déjese llevar por las delicias serranas de Tungurahua. Qué mejor alternativa que, en honor a la diablada de Píllaro, celebre en grande degustando sus alimentos más célebres. ¡Buen provecho!

Los emblemas del sabor

Aguardiente de Caña. Tungurahua es uno de los lugares con mayor producción de caña en el Ecuador, por lo que este alcohol es representativo de la provincia. La bebida es adicionalmente simbólica en la Diablada de Píllaro, pues es el trago que beben los diablos para energizarse luego de largas horas de baile.

Tortillas de papa. El acompañante por excelencia para muchos platos típicos de la Sierra es un ícono culinario de Tungurahua. Los coloquiales Llapingachos en conjunto con chorizo y huevo frito son una comida imperdible al visitar la provincia, particularmente si se encuentra en Ambato.

El Champú. Esta deliciosa y laboriosa bebida dulce es hecha a base de maíz fermentado, naranjilla, mote, clavos de olor, frutas y canela. Es muy popular, no solo en Tungurahua, y es perfecta para celebrar.

LA DIABLADA DE PÍLLARO

La festividad se realiza todos los años del 1 al 6 de enero. Nació como resultado de la oposición indígena a la Iglesia Católica. En la actualidad, los asistentes usan máscaras de diablo, vestimentas estrafalarias y bailan en las calles. Al grito del ‘Achachay’, con música de banda de pueblo, los diablos llevan látigos en sus manos y asustan a los espectadores. Van acompañados de personajes como los ‘capariches’, ‘filas’ y ‘guarichas’. Adicionalmente, se organizan actividades gastronómicas y turísticas.