Una humeante taza de café no tiene comparación. Pero, es importante aprender a diferenciar sus tipos, para así determinar cuándo y cómo beber cada uno.
Es uno de los alimentos que más antioxidantes contiene, entre otros nutrientes, y su consumo es recomendado en la mayoría de la población. Para aprovechar todos los beneficios del café, un máximo de tres tazas en el día es lo adecuado.
Sin embargo, se debe tomar en cuenta la manera en la que se bebe este producto. Existen varios factores que influyen en la óptima absorción de los nutrientes que contiene el café. El principal es la adición de azúcar refinada o derivados que se coloque por cada taza. Este endulzante es el más común y no tiene un beneficio puntual para la salud. Colocar varias cucharadas puede causar picos glicémicos poco recomendados y a la larga, generará ansiedad.
Otro factor es el acompañamiento que se sirva. Si con una taza de café se consumen muchos carbohidratos, también interferirá en sus beneficios. Por ello, hay que ser asertivos con la selección del alimento y del edulcorante con el que combinemos esta bebida. Para el desayuno, la media mañana o como la estrella del snack de la tarde, seleccionar el tipo adecuado y el método de preparación, es de suma importancia. Estas son las variedades principales:
• Café arábigo. Esta es una opción con menor cantidad de cafeína. Es un café en grano, de fácil absorción y considerado como uno de los mejores, debido a sus características propias, desde su cultivo hasta su consumo.
• Café instantáneo. Este tipo tiene un proceso de trituración en seco. Su preparación es más fácil, ya que no requiere ser filtrado. Solo hay que mezclarlo con el líquido de elección, como agua o leche. Contiene cuatro calorías por cada taza. Es el que se emplea para preparar el café dalgona.
• Café descafeinado. Una excelente opción para las personas que tienen intolerancia a la cafeína o que, a su vez, el consumo cause irritación por gastritis o alguna patología. Contiene antioxidantes y nutrientes, pero en menor cantidad. Sin embargo, sigue siendo una opción saludable.
• Café orgánico. Este tipo de café, por su proceso de cultivo y producción, es una excelente opción, altamente nutritiva, ya que contiene riboflavina (vitamina B2), ácido pantoténico (vitamina B5), manganeso, potasio, magnesio y niacina.
• Café tostado. Tiene un sabor característico debido al tueste de sus granos. Sin embargo, no pierde sus nutrientes propios. El consumo de este café es común para las personas que gustan de bebidas con gran cantidad de cafeína.
• Café robusto. Es un café pasado, con un sabor parecido al arábigo. Asimismo, es uno de los mejores cafés que se encuentran y se recomienda no consumirlo muy concentrado, ya que su sabor es bastante fuerte e intenso.