La delicada dermis de un recién nacido necesita de cuidados especiales. Esto es lo que debe tener en cuenta.
Es el órgano más extenso del cuerpo y una barrera protectora ante los agentes externos. La piel debe ser cuidada toda la vida y, en los primeros años de vida, requiere de
atención especial.
Los pediatras aseguran que la epidermis de un bebé es diferente a la de un adulto, más delgada, delicada y pierde agua fácilmente. Además, al nacer, tiene una capa delgada, la cual se desprende o se pela por su cuenta. Este es un procedimiento natural, sin necesidad de atención médica y demora algunos días.
Para cerciorarse de que está cuidando la piel de su pequeño de la mejor manera, le presentamos algunos consejos útiles:
Mientras el proceso de caída de la capa superficial está en proceso, evite extraerla a la fuerza o frotarla. Si interviene, podrá causar lesiones.
Bañe a su bebé todos los días con productos específicos, especialmente formulados para su piel. Evite restregar su piel con esponjas abrasivas que puedan irritarla o lastimarla. Utilice únicamente sus manos, haciendo masajes suaves.
Séquelo con mucho cuidado, de preferencia con toallas hechas 100% de algodón, dando pequeñas palmadas por todo su cuerpo, delicadamente.
Lave su ropa aparte del resto de las prendas de la familia, con jabón infantil y sin suavizante o cualquier otro producto que le pueda generar alergias.
Humectar la piel del recién nacido es una buena idea pero, antes de hacerlo, consulte con el pediatra, quién le ayudará a definir cuál es la loción adecuada y la frecuencia con la que debe aplicarla.
Cuidado con la zona del pañal. Es propensa a irritaciones. Lave esta área con productos para este propósito y seque bien antes de colocarlo.