Hugo Arnal, representante de WWF-Ecuador, habla de su inspiración y convicción a favor del cuidado del medio ambiente.
Hugo Arnal recuerda con alegría su niñez en familia, en su natal Venezuela. Creció en la naturaleza, cabalgando y caminando. Por vínculos familiares, tuvo la fortuna de crecer cerca de un gran conservacionista que lideró y gestionó, por más de 30 años, los parques nacionales de Venezuela, los cuales se convirtieron en su hábitat.
Como no podía ser de otra manera, creció, estudió Biología con especialización en Ecología Tropical y ahora, es director de la WWF (World Wildlife Fund) en Ecuador. Además es montañista, espeleólogo, buzo y explorador. Ha dedicado su vida a la creación y manejo de áreas protegidas, así como a la prevención de extinciones en 15 países del continente.
“La protección de la naturaleza ha sido mi leiv motiv desde siempre. Es en lo que creo con firme convicción, porque entiendo que la naturaleza juega un papel predominante en nuestras vidas humanas. Tenemos que conservar lo que nos queda, porque ya hemos impactado inmensamente en el ecosistema”.
Hugo recuerda cómo la naturaleza está en las necesidades y los sueños humanos: más del 30% de las medicinas llegan desde la biodiversidad, en vacaciones nos imaginamos playas amplias de aguas limpias y los recursos de las ciudades, como el agua, llegan desde un parque nacional. “Tenemos una relación espiritual con la naturaleza de sobrevivencia”.
Hugo hace referencia al ‘Estudio Planeta Vivo’ que indica que para agosto de 2018, como humanidad, ya nos habíamos consumido la totalidad de recursos. Al final de ese año, terminamos consumiendo 1.6 del total de recursos del planeta. Esta alarma nos debe motivar a actuar porque no podemos esperar una gran crisis, producto de la contaminación, del calentamiento global o de la tala de los bosques.
Por ello, dice que necesitamos aprender a cambiar hábitos y patrones de consumo. Pequeños cambios hacen grandes diferencias: Duchas más cortas, cepillarse los dientes sin desperdiciar agua y reciclar son algunas de las formas. Pero sobre todo, cree que estas ideas deben trascender a más ciudadanos para que estos, a su vez, exijan a las autoridades cambios y ejecución a favor del ambiente. “No todo está perdido. La humanidad ha logrado vencer temas que hace 50 años parecían imposibles. Por eso, quiero ser optimista. Hemos tenido hallazgos de especies importantes en el continente, como la pava aliblanca o el cóndor de California, que no sólo han salido de las listas rojas de extinción, sino que han florecido y han crecido en sus ejemplares”.
Ecuador tiene una biodiversidad maravillosa que Hugo ha podido recorrer a lo largo del territorio en los últimos 25 años. Esto se evidencia en los recientes descubrimientos de nuevas especies de animales. “Estoy convencido que este país debe ver en su medio ambiente una oportunidad para cambiar su economía, porque el petróleo se va a terminar y es necesario ver otras opciones”.
WWF lanzó su serie ‘Nuestro Planeta’ en Netflix, que narra en imágenes la vida animal en sus hábitats y tiene el fin de evidenciar la importancia de la naturaleza y proponer soluciones para protegerla. Esa es la gran misión de WWF-Ecuador, que trabaja estas líneas de acción en niños y adultos a nivel local y asesora a industrias para lograr mejores prácticas ambientales. También acompaña a gobiernos autónomos en su lucha por el cambio climático. El trabajo es parte esencial en la vida de Hugo. Su motivación la definió en su niñez y sigue más vigente que nunca, le entusiasma y espera pronto darse una escapada para caminar en alguna montaña, avistar aves o bucear en el mar.
“Soy optimista y creo que aún podemos proteger lo que nos queda”