¿Spa para ellos? ¡Claro que sí! Los hombres buscan verse y sentirse bien después de una intensa semana de trabajo.
¿Quién dijo que el spa es una cosa solo de chicas? Esta práctica rejuvenece, relaja y reanima. Por ello, es casi un requisito que todos nos demos un tiempo para cuidarnos y consentirnos. Dejar atrás el ajetreo de la vida cotidiana, mientras se disfruta de un momento de relax, es fabuloso para liberar el estrés. Le presentamos cuatro prácticas que puede realizar en un spa, perfectas para hombres:
Masajes revitalizadores. Los spas se convirtieron en los santuarios de tranquilidad y desintoxicación. Varios tipos de masajes se asocian con la disminución de estados de estrés y tensión. Estos son: el sueco, para la relajación muscular; el californiano, que incorpora muchos de los sentidos con grandes beneficios para la salud física y mental; o el Rolfing, a través del cual, además de relajarse, aplicará técnicas adecuadas de respiración.
Baño relajante. Las técnicas hidrotermales como baños o duchas son parte de las opciones que le ofrece un spa. Un baño de burbujas le proporcionará un efecto sedante, además de mejorar su circulación. Sumado a la sedación, los baños con aditivos pueden proporcionar un sinnúmero de beneficios. Unos son para reafirmar la piel o combatir la resequedad, entre otras.
Reflexología podal. En caso de tener una perturbación más fuerte del sistema nervioso, el spa es el lugar indicado para una reflexología podal. Esta es una técnica que estimula diversas zonas del cuerpo al hacer presión en los pies. Este tipo de masajes puede aminorar los dolores de cabeza o de espalda. Si lo complementa con una ducha escocesa (chorros de agua fría, tibia y caliente), los resultados serán más efectivos.
Depilación. En cuanto a la cosmética, la depilación gana terreno entre los hombres. Existen varios métodos como la fotodepilación y la depilación eléctrica. Son tratamientos más sencillos en los cuales se adaptan las técnicas según su grosor y mayor segregación sebácea. Lo primordial es realizar una higiene profunda para provocar la regeneración de la piel con la cual se consigue un efecto antiedad.